Erase una vez una niña que se llamaba Alicia: y tuvo un sueño muy extraño. ¿ De qué trataba su sueño?
Apareció un Conejo Blanco corriendo, con mucha prisa; y precisamente al pasar junto a Alicia se paró y sacó su reloj del bolsillo...«¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío!», dijo el Conejo. «¡Llegaré demasiado tarde!» Cuando el Conejo Blanco se alejó corriendo, Alicia quiso saber qué le ocurriría, y echó a correr tras él; y corrió y corrió, hasta que cayó en la madriguera.
Apareció un Conejo Blanco corriendo, con mucha prisa; y precisamente al pasar junto a Alicia se paró y sacó su reloj del bolsillo...«¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío!», dijo el Conejo. «¡Llegaré demasiado tarde!» Cuando el Conejo Blanco se alejó corriendo, Alicia quiso saber qué le ocurriría, y echó a correr tras él; y corrió y corrió, hasta que cayó en la madriguera.
Los años pasaron y Alicia no pudo olvidar jamàs lo que vió del otro lado.
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